- Los científicos recomiendan a los vecinos y a la Comunidad no retirar las medusas moribundas de la orilla para que sirvan de «alimento a crustáceos y aves»
El verano se termina y el Mar Menor se va vaciando de bañistas tras una temporada estival donde la acumulación de biomasa en la orilla, los enjambres de medusas, la mancha blanca, las concentraciones de barcos y las motos de agua han sido problemas y polémicas que no han abandonado la laguna. Con algunos sustos por descensos bruscos de los niveles de oxígeno en varios puntos y una temperatura del agua que rebasaba los 30 grados, el Mar Menor ha pasado sus meses más complicados del año de una forma estable, parecido al año pasado.
El dato llamativo se ve en la principal característica de la laguna: su salinidad. La concentración de sal en el agua ha alcanzado los 45,35 gramos por litro, lo que deja un registro récord que no se veía desde antes de la DANA de 2019. La falta de lluvias y, por tanto, la menor entrada de agua dulce al Mar Menor ha permitido llegar a este punto positivo, apoyado por una mayor evaporación del agua en verano. En 2018, la salinidad llegó a un nivel de 46 gramos/L.
El último informe semanal sobre el estado de la laguna elaborado por el Imida destaca también los 5,88 mg/L de oxígeno disuelto en el agua que se ha registrado de media en el Mar Menor. Hay un descenso del 12,2% en este nivel respecto a la última medición pero la Consejería de Medio Ambiente remarca que «no es preocupante». La temperatura del agua, por otro lado, comienza a descender, aunque lentamente, dejando el mercurio en 29,30 grados.
Las medusas comienzan a desaparecer
El Mar Menor ha superado el pico poblacional de las medusas 'Cotylorhiza tuberculata' o 'huevo frito', por lo que ahora «deberían ir desapareciendo de forma progresiva de la columna de agua». La última actualización del estado de las poblaciones de estos invertebrados, elaborada por los científicos Alfredo Fernández y Ángel Pérez-Ruzafa de la Universidad de Murcia, destaca que este verano «la interferencia con el baño no ha sido excesivamente importante ya que las medusas se encuentran más concentradas en zonas con una profundidad mayor a los tres metros, si bien sí se han producido acumulaciones de cierta intensidad en algunos tramos costeros y zonas de baño».
En estos casos, ambos expertos recomiendan la retirada de los ejemplares que queden varados en las playas con más concentración de bañistas, al igual que se ha estado haciendo con la biomasa, para procurar «no dejarlas esparcidas por las zonas de arena en las áreas de baño». Sin embargo, por regla general, piden a los veraneantes y a la Comunidad «no retirar los ejemplares moribundos que puedan aparecer en la arena, ya que estos sirven de alimento a crustáceos y aves».
Los científicos de la UMU no recomiendan, por otro lado, la instalación de redes antimedusas en las zonas de baño, ya que estas «se podrían tapizar con las ovas de rápido crecimiento imponiendo restricciones a las corrientes del Mar Menor». La acumulación de materia orgánica y su degradación «implica un consumo del oxígeno disuelto de forma local», advierten. Este verano se han instalado estas barreras en cinco playas de San Pedro del Pinatar y La Manga (San Javier), medida que fue respaldada por el Comité Científico del Mar Menor.
La medusa 'huevo frito' cumple un «importante papel ecosistémico en el Mar Menor», remarcan, ya que depredan el fitoplancton del agua y mantienen la calidad de la misma. «Se debe tener en cuenta en el manejo de estas especies que todas las crisis distróficas ocurridas en el Mar Menor han ocurrido bajo las condiciones de ausencia de medusas y alta temperatura del agua cuando se produce una descarga masiva de nutrientes», señalan.
El plan de retirada de Puerto Mayor inicia su evaluación ambiental
El Ministerio para la Transición Ecológica ha comenzado a tramitar la evaluación de impacto ambiental ordinaria del proyecto que permitirá la retirada de las instalaciones de Puerto Mayor, en La Manga del Mar Menor, y la recuperación ambiental de la caleta del Estacio. El proyecto alcanza esta fase tras recibir el Ministerio el último informe que le faltaba del Gobierno regional, dando su visto bueno a las obras previstas. La obra, que deberá ejecutarse en 18 meses, costará 23,34 millones de euros. La parte más compleja será la extracción de 44.716 metros cúbicos de suelos contaminados con metales pesados.
FUENTE. LA VERDAD